Ar- Rabb, el Señor

بسم الله والحمد لله والصلاة والسلام على رسول الله ، وبعد

Ar-Rabb الرب es Aquel quien mantiene y sostiene a todos Sus siervos haciéndose cargo de todo aquello que les afecta y, al mismo tiempo, otorgándoles todo tipo de bendiciones y favores. Más específicamente, Él es Quien mantiene y sostiene a Sus siervos sinceros corrigiendo y purificando sus corazones, almas y modales. Por esta razón, ellos suplican frecuentemente usando este noble nombre, ya que buscan este trato tan especial. (1)

Allah dice en el Corán:

قال الله تعالى: {الحمد لله رب العالمين} الفاتحة 1

«Toda alabanza y agradecimiento son para Allah, el Señor del ‘aalamin (humanidad, yin y todo lo que existe)» (1:1).

Al-’alam es el mundo (la humanidad, el mundo de los animales, aves, océanos y todo lo incluido en Su creación). La palabra árabe ‘alam significa un ‘signo’; son llamados alamaat o signos debido a que son un signo de su Creador. Toda creación de Allah es una señal que evidencia Su Unicidad y Perfección. Todas las perfectas maravillas de esta creación y la absoluta sabiduría indican la perfección del poder de Allah, así como también Su voluntad, Su sabiduría y Su misericordia. Observa el sol, es una gran señal de su Creador, pues circula con perfecta regularidad desde que Allah lo creó y continuará así hasta que Allah deseé el final este mundo. (2)

Allah dice:

 قال الله تعالى: {و الشمس تجري لمستقر لها ذلك تقدير العزيز العليم} يس 38

«Y el sol orbita como le fue designado; ello es un decreto de Al-’Aziz (el Todopoderoso), Al-’Alim (El que todo lo sabe)» (36: 38).

El sol es solo una parte de la creación de Allah; sin embargo, es un signo del gran poder, la sabiduría, la fuerza y ​​la misericordia de Allah.

El gran erudito Ibn Al-Qayyim (1350 CE / 751 AH, que Allah esté complacido con él) dijo:

«Este gran nombre Ar-Rabb requiere e incluye todos los demás nombres y atributos de Allah. El Señor (Ar-Rabb) es el Creador, el Eterno, el Poderoso, el Autosuficiente, Quien mantiene toda Su creación, el Omnisciente, el Oyente, El que Todo lo Ve. Para ser Ar-Rabb, Él tiene que ser el Otorgador de Bendiciones, el Todo Generoso, el Rico, Él da a quien Él quiere y priva a quien Él quiere, honrando a quien Él quiere y humillando a quien Él quiere». (3)

Allah dice:

قال الله تعالى: {يا أيها الناس اعبدوا ربكم الذي خلقكم و الذين من قبلكم لعلكم تتقون} البقرة 21

« ¡Oh, seres humanos! Adoren a vuestro Señor que os creó a vosotros y a quienes os precedieron, para que así podáis ser piadosos» (2: 21).

قال الله تعالى: {قل من يرزقكم من السماء والأرض أمن يملك السمع والأبصار ومن يخرج الحي من الميت ويخرج الميت من الحي ومن يدبر الأمر فسيقولون الله فقل أفلا تتقون, فذلكم الله ربكم الحق فماذا بعد الحق إلا الضلال فأنى تصرفون} يونس 31-32

«Di: “¿Quién os sustenta con las gracias del cielo y de la Tierra? ¿Quién os agració con el oído y la vista? ¿Quién hace surgir lo vivo de lo muerto y lo muerto de lo vivo? ¿Quién tiene bajo Su poder a todas las cosas?”. Ellos dirán: “¡Allah!”. Diles: “¿Acaso no vais a temer el castigo de Allah (por asociar a otros con Allah en su adoración)? Ese es Allah, vuestro verdadero Señor. ¿Qué hay más allá de la Verdad sino el extravío? ¿Cómo podéis ser tan desviados?”» (10: 31-32).

El erudito Shaij ‘Abdur-Rahman As-S’adi dijo: «Allah se encarga de una manera muy especial de Sus verdaderos creyentes a quienes Él ama».

Este trato (o en árabe tarbiyah) es de dos tipos:

En primer lugar, una tarbiyah general que incluye tanto a los creyentes como a los no creyentes, obedientes y desobedientes. Esto está relacionado con su creación, el darles provisión, controlar sus asuntos, otorgándoles y privándolos, honrándolos y humillándolos, aliviando su angustia y respondiendo a la súplicas de aquellos que están en una  necesidad desesperada de Él. Todo el mundo en la creación recibe una parte de esta tarbiyah general.

Allah dice:

قال الله تعالى: {يسئله من في السماوات و الأرض كل يوم هو في شأن} الرحمن 29

«Todos los que habitan en los cielos y en la tierra lo invocan suplicando (todas sus necesidades). Todos los días se encuentra atendiendo los asuntos (de Su creación; por ejemplo, dando honor o desgracia a algunos, la vida o la muerte a otros)» (55: 29).

En segundo lugar, Allah otorga una tarbiyah muy especial hacia Sus verdaderos creyentes, aquellos a los que Él ama. Ar-Rabb guía sus corazones hacia Él, los ilumina con conocimiento de su Señor y les hace entender el tauhid (la unicidad de Allah, el verdadero monoteísmo, adorar sólo Allah sin asociarlo con nada ni con nadie). Allah los sacó de la oscuridad de las tinieblas de la ignorancia y el shirk (politeísmo) hacia la luz de la verdadera religión, el conocer a Allah y adorarlo solamente a Él. Él los dirigió al camino recto y los alejó de los caminos desviados. Él les facilitó todo tipo de bien y los protegió de todo mal.

Por esta razón vamos a encontrar que en el Corán, Allah menciona de forma especial a los profetas y a los verdaderos creyentes cuando estos le suplican y piden con Su nombre Ar-Rabb: por ejemplo, cuando dicen Rabbana (nuestro Señor). Esto es debido a que ellos están pidiendo a su Señor que les conceda esta tarbiyah tan especial que hemos mencionado anteriormente. De este modo, cuando supliques a Allah con este nombre, Ar Rabb, es vital que sientas su significado en tu corazón y recuerdes que estás pidiendo a tu Rabb (tu Señor) por este trato específico, es decir, esta tarbiyah que es tan concreta y especial. (4)

Reflexionemos ahora acerca de esta tarbiyah especial y este Señorío (ar-Rubbubiyah) de Allah con Sus siervos creyentes. Reflexiona sobre lo siguiente: ¿quién te ha guiado a Él? ¿Quién hizo que tu corazón reviviera al conocerLo y saber sobre el islam y el tauhid? ¿Quién guio tu corazón a aceptar este mensaje? ¿Quién te ha guiado a la práctica de todos y cada acto de adoración? ¿Quién guio a tu corazón al arrepentimiento de cualquier pecado que cometiste? ¿Quién aceptó tu arrepentimiento y te dio Su amor de nuevo? ¿Quién te facilitó el camino a al-yannah (paraíso)? ¿Quién preparó para Sus verdaderos creyentes un paraíso con todo tipo de recompensas y disfrutes inimaginables? Fue Ar-Rabb el que nos proveyó, nos guio y nos enseñó todo lo que sabemos.

A veces, Ar-Rabb nos enseña y cuida a través de Sus castigos y esto es parte de Su tarbiyah con nosotros. Él puede castigarte para que te des cuenta de qué has hecho mal y, al mismo tiempo, ese castigo se convierte en una vía para poder retornar a Él. Allah te puede mandar una calamidad o cualquier dificultad para que recapacites, pienses y digas « ¿por qué me pasó esto?», y dices: «Allah, te necesito, no puedo tolerar tu castigo». Por lo tanto, te arrepientes, le pides perdón y como resultado, Él te guiará otra vez. Él, tu Rabb es el Único que puede hacer feliz a tu corazón. Así que, por esta razón, cuando los creyentes, los que realmente tienen conocimiento de Allah, dicen Rabbana (nuestro Señor), saben muy bien que lo están diciendo porque son conscientes de que nadie más los puede guiar, o poner amor en su corazón o depositar en ellos el anhelo de esforzarse para conseguir  al-yannah (el paraíso) excepto Su Señor.

El erudito Shaij Muhammad bin Salih al-’Uzaymin comentó sobre los versos de sura Al Imran (191-194), acerca de cuando los creyentes repiten la palabra Rabbana (nuestro Señor) varias veces en sus súplicas a Allah, y dijo: «Decir Rabbana proporciona un placer al corazón, sus corazones se deleitan con este sentimiento que les hace saber que Allah es su Rabb, su Señor, y si Allah es su Señor, entonces, inevitablemente, somos Sus siervos. Aquí están disfrutando de la sensación de ser siervos de Allah. Este disfrute indica su verdadera fe». (5)

Aquí debemos reflexionar sobre nosotros mismos cuando decimos Rabbana. ¿Estás sintiendo la dulzura de ser siervo de Allah?  ¿Sientes esa necesidad de Él en cada segundo de tu vida? Cuando suplicas a Allah, ¿repites esta palabra para que tu corazón reciba esta sensación tan dulce y reconfortante?

Es esencial tener profundamente arraigado en nuestro corazón que Allah es el Único que nos puede beneficiar y es el Único que nos puede castigar. Todo está en Sus manos; incluso tu propio corazón, tu placer, tu salud, tus hijos, tu seguridad y tu dinero.

Si reflexionas sobre tu día a día, te darás cuenta de esto. Recuerda alguna situación difícil en la que pusiste tu esperanza y confianza en una persona muy cercana. Puede suceder que realmente esa persona no estaba tan interesada y preocupada por ti y tu problema, y no estaba dispuesta a ayudarte como lo esperabas. Y te preguntas: « ¿por qué no me han apoyado?». Entonces aprendes la lección: la gente te va a decepcionar, no confíes ni dependas de ellos. Nadie te va a beneficiar o ayudar de ningún modo, a menos que Allah así lo quiera. Por lo tanto, pon tu confianza y esperanza solo en Él.

Recuerda si una persona te ayuda o te beneficia de alguna manera (sea económicamente, o aconsejándote, enseñándote, etc.); debes reflexionar sobre Quién hizo que esa persona te ayudara. Esa persona solamente te ayudó porque Allah le hizo hacer eso por ti. Cualquier bien que encuentres en tu camino, debes saber que proviene de Allah. La gente que te beneficia son meras vías para recibir esa ayuda de tu Rabb.

Por ejemplo, si tu propio padre se niega a ayudarte, debes saber que Allah no quiso que por medio de él tuvieras ayuda. Quizás Allah te traerá esta ayuda a través de otra persona, o quizás Allah, por Su sabiduría, desea que internamente reflexiones y Lo recuerdes. Debes saber que fue la voluntad y el decreto de Allah que tu padre no te ayudara. Tienes que entender y grabar en tu corazón lo siguiente: que todo beneficio y todo perjuicio sólo proviene de Allah, y quizás te haga vivir una determinada situación para poner a prueba tu confianza y tu dependencia en Él. Y también piensa y reflexiona si es que esto que ha sucedido es un castigo para ti, lo que debe llevarte a buscar el perdón de Allah y así Él te aliviará de esa adversidad. Por lo tanto, toda y cada cosa que sucede en tu vida debes relacionarla a con el decreto y la voluntad de Allah.

Esto es un aspecto muy  importante del tauhid (Unicidad de Allah, monoteísmo): el creer que nadie puede beneficiarte o perjudicarte excepto Allah. Si entiendes y practicas este tauhid, tendrás una vida plena y honorable, una vida libre de necesitar y de pedir a las personas.

Paremos de nuevo y reflexionemos: cuando le pides a Allah y le llamas Rabbana, (nuestro Señor), ¿eres consciente de a Quién le estas pidiendo? Le estás pidiendo al Todopoderoso, al Dueño del Reino, a Quien hace Su Voluntad. ¿Te das cuenta de lo grandioso que es? ¿Puedes imaginarte a Allah con todos estos grandiosos atributos? ¡Él es tu Rabb! Él escucha todas tus súplicas y responde a ellas. 

¿Cuántas veces te has encontrado solo, incluso cuando estás en casa con tu familia e hijos, y sin embargo, nadie sabe sobre el dolor que estás sintiendo?  ¿O quizás a nadie le importa oír lo que te atormenta? Todos están pendientes de sus propios asuntos. Pero ten por seguro que Allah conoce tu situación. El ama oír tus súplicas y Él responde a tus necesidades porque Él es nuestro Señor, Rabbana.

Vamos a examinar el gran entendimiento que el profeta Musa, la paz sea con él, tenía sobre Allah y cómo actuó de acuerdo a este entendimiento. En la sura Al Shuara, versículos 60-66, Allah  nos habla de la historia del profeta Musa cuando escapó con su pueblo (Bani Israel) de Firaun, quien los perseguía  junto a sus soldados. Firaun y sus soldados se encontraban justo detrás de Musa y su pueblo, y lo único que había frente a ellos era el mar Rojo. Viendo que no tenían escapatoria, dijeron: «Damos por seguro que nos van alcanzar». Pero Musa dijo: «No, mi Señor (Rabbi) está conmigo, y Él me guiará» (26:62).

Aquí se muestra  como Musa creía firmemente en Allah y en Su Rubbubiyah (Señorío) en esta situación tan sumamente crítica en la que se encontraba. Su corazón se dirigió hacia su Señor suplicando y Allah le respondió dividiendo el mar en dos  partes, y dejando tierra firme entre ellos. Musa y su gente atravesaron el mar y se salvaron. Firaun y su ejército también quisieron atravesar el mar, pero el agua se les vino abajo y se ahogaron. Allah nos informa de este acontecimiento en Su Libro para que podamos aprender sobre Su Rubbubiyah (Señorío). Allah enseña a Sus siervos creyentes como Él les basta y cómo Él les otorga la victoria para que así nuestros corazones se aferren solo a Él, y para que no pidamos a nadie excepto a Él. Si entiendes este significado del nombre Ar- Rabb y este entendimiento se queda grabado en tu corazón, entonces, como consecuencia de esto, le vas a estar adorando.

Es vital que sepas quién es tu Rabb: ¿quién es tu Creador? ¿Quién es el único que te provee, el único que te basta, el único que puede protegerte, el único que te puede guiar? ¿El único que te puede curar, el único que te puede beneficiar o perjudicar? ¿El único que puede hacer a tu corazón feliz? La respuesta es: «Solo Tú, oh Allah». Si tu corazón afirma todo esto, entonces sabrás que Allah es el Único merecedor de nuestra adoración. Si realmente crees que Allah es tu Señor, entonces debes saber que esta creencia requiere que te sometas a Él y que Le adores solo a Él sinceramente. Allah dice:

قال الله تعالى: {و أنا ربكم فاعبدون} الأنبياء 92

«Y Yo soy vuestro Rabb (Señor), ¡adoradme solo a Mí! (obedeciéndome y agradeciéndome a Mi únicamente)» (21: 92).

Piensa en que Allah, nuestro Señor, nos da Su tarbiyah a través de Sus gracias y Sus favores; sin embargo, ¡las usamos para desobedecerLe!

El profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Allah sean con él, dijo:

«Los que están satisfechos y complacidos con Allah como su Señor y con el islam como su religión y con Muhammad, la paz sea sobre él, como su profeta, podrán saborear la dulzura del ‘iman» (6).

Ahora debemos preguntarnos: ¿estamos realmente contentos con Allah como nuestro Señor?

Mucha gente conoce este hadiz y lo recitan, pero ¿son realmente fieles a su significado? ¿Estoy realmente aceptando todo lo que Allah ha destinado para mí con plena satisfacción, incluyendo dificultades, pérdida de dinero, pérdida de un trabajo, enfermedades, sabiendo que Allah, mi Señor, es Quien ha destinado todo esto para mí? ¿Estoy entendiendo que cualquier cosa que Allah me manda es acorde a Su conocimiento, Su sabiduría, sea por Su misericordia o justicia, y en consecuencia digo al-hamdu-Lillah (‘toda alabanza es para Allah’) en cualquier situación? ¿Acaso reacciono ante el castigo de Allah con el arrepentimiento y pido perdón a sabiendas de que me lo merecía? ¿Qué hay de Su mandato y Su legislación? ¿Los acepto y me someto a ellos, siendo consciente de que todos Sus mandatos son lo mejor para nosotros? ¿Estoy  aceptando seguir al profeta Muhammad, la paz sobre él, y lo tomo como un modelo y ejemplo a seguir en todos mis actos de adoración y modales? ¿Cumplo con lo que él ordenó? ¿Respeto sus dichos y creo en todo lo que dijo?

Si aceptamos todo esto con sumisión y estamos contentos con ello, sólo entonces seremos capaces de saborear la dulzura del ‘iman.

Notas a pie de página

1- Tafsir Al-Karim Ar-Rahman – Imam Naassir As-Sʿadi

2- Explicación de Al-Ussul Az zalaza- Imam Muhammad bin Salih al-ʿUzaymin

3- Badaʾi al-Fawaʾid – Imam ʾIbnul-Qayyim

4- Tafsir Al-Karim Ar-Rahman – Imam Nassir As-Sʿadi

5- Tafsir  Surah Aal ‘Imran – Imam Muhammad bin Salih al-ʿUzaymin

6- Reportado por Muslim

Fuente: http://religion-of-islam.com/index.php/2020/01/30/name-of-allah-ar-rabb-the-lord/

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